Si hay un ingrediente que ha resistido el paso del tiempo en el mundo de la cosmética, ese es la arcilla. Desde las antiguas civilizaciones de Egipto y Grecia hasta las rutinas de belleza modernas, las mascarillas de arcilla se han ganado un lugar especial en el cuidado facial femenino.
En esta sección te contamos todo lo que necesitas saber sobre estas maravillas purificantes: sus tipos, beneficios, cómo usarlas y algunos trucos para que tu piel luzca radiante.
La arcilla es un material natural extraído de la tierra, cargado de minerales como el magnesio, calcio y silicio. Su magia radica en su capacidad para absorber impurezas, exceso de grasa y toxinas de la piel, mientras entrega nutrientes que la revitalizan. No es solo un tratamiento estético; es un ritual detox que deja tu rostro fresco y renovado.
No todas las arcillas son iguales, y cada una tiene un superpoder específico. Aquí te presentamos las más populares:
Perfecta para: Piel grasa o propensa al acné.
Propiedades: Altamente purificante y absorbente, ideal para controlar el sebo y reducir inflamaciones.
Dato extra: Es una de las favoritas en tratamientos profesionales por su poder desintoxicante.
Perfecta para: Piel sensible o seca.
Propiedades: Suave y menos agresiva, limpia sin resecar y aporta un efecto calmante.
Tip: Si tu piel se irrita fácilmente, esta es tu aliada.
Perfecta para: Piel mixta o apagada.
Propiedades: Una mezcla de arcilla blanca y roja, equilibra la piel mientras le da un toque de luminosidad.
Plus: Es ideal para un look natural y saludable.
Perfecta para: Piel con poros abiertos o puntos negros.
Propiedades: Extrae impurezas como imán y ayuda a cerrar poros con cada uso.
Curiosidad: Se expande al mezclarse con agua, creando una textura única.
Perfecta para: Piel expuesta a contaminación.
Propiedades: Desintoxica profundamente y combate los efectos del ambiente urbano.
Ideal para: Quienes viven en ciudades grandes.
Aplicar una mascarilla de arcilla es sencillo, pero hay algunos secretos para aprovecharla al máximo:
Prueba el multimasking: Si tienes piel mixta, aplica arcilla verde en la zona T (frente, nariz, barbilla) y arcilla blanca en las mejillas.
Mezcla con ingredientes naturales: Añade unas gotas de miel o agua de rosas para un boost de hidratación.
No abuses: Úsala una vez por semana si tu piel es grasa, o cada 15 días si es más sensible.
Dejarla demasiado tiempo: Puede irritar o resecar la piel.
Usarla en exceso: Más no siempre es mejor; respeta la frecuencia adecuada.
Aplicarla sobre piel dañada: Si tienes heridas abiertas, espera a que sanen.